Tengo
ganas de ser prioridad para alguien… pero pensándolo fríamente... ni para mí
misma soy yo la prioridad... ¿qué hacer? Todo cada vez va a peor... soy incapaz
de sobrevivir sin mia, sin ana, sin pensar en la muerte… Me odio, me odio por
no saber apreciarme, por no saber apreciar lo que me rodea, por maldecir mi
existencia. No tengo remedio, no hay manera de hacerme cambiar mi visión de las
cosas…
Vete.
ResponderEliminarCuando me odio, huyo. No de mi, sino de la que me castiga, del lugar en el que me castiga, de la gente que participa del castigo, de quién no me quiere, empezando por mi. No pienses en qué, ni en cómo, ni dónde. Piensa algo que quieras hacer, dar de ti, seguro que eso cabe en cualquier parte del mundo. Es darnos la oportunidad de empezar de cero, de escucharnos y cuidarnos como no lo hicieron nunca.
Un voluntariado, un trabajo, y hasta un vivir debajo del puente, que se yo. Hay que ser valiente, por una misma, darnos lo que no nos dan, irnos de lo que nos duele. Se puede renacer.
Un abrazo.